"Pero si alguno ha pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo, el justo. Él es la propiciación por nuestros pecados, y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo." 1 Juan 2:1-2
El año pasado conocí a un abogado y maestro en las enseñanzas de las Sagradas Escrituras. Sus predicas impactaron a nuestra Comunidad cristiana por ser sólidas en el conocimiento de La Palabra, llenas del Espíritu Santo, relatadas con simpleza y mucha humildad. Eso me hace sentido con las dotes de retóricas que tenía Jesús, siendo el mayor defensor de los menesterosos, los humildes y los pecadores arrepentidos.
Su mayor ejemplo como abogado estuvo en la cruz, al defender a los que participaron en su crucifixión; "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen..." Jn.23:34, manifestó ante su Padre. No sólo fue su argumento de defensa, también fue de acusación ya que Jesús sabía lo que hacían. Cristo cumple doble rol, representa a Dios ante nosotros y es representante nuestro ante Dios. Jesús es maestro, abogado e intercesor, así que acerquémonos confiadamente a Él.
Que la gracia del Señor Jesucristo sea con su Espíritu.