letrero

domingo, 17 de mayo de 2015

MANTENIENDO EL ESPÍRITU DEL REGOCIJO


David Wilkerson
















Dios oyó el clamor de los israelitas y mostró misericordia para ellos. Él cambió su llanto en alegría, permitiendo que ellos gritaran y se regocijaran. Y ahora Él los llamó a congregarse para otra reunión.
Si el gozo de Israel iba a ser mantenido, si no se iba a perder otra vez, Dios tenía que escarbar más profundo. Ciertas áreas en las vidas de las personas todavía no estaban de acuerdo a Su Palabra. Sin embargo, el Señor había permitido que todos se regocijaran por una temporada, porque Él quería que ellos supieran que estaban seguros. Ahora, en este estado de aceptación y gozo, Él les pidió a ellos que se comprometieran a tener una mayor separación del mundo.
Dios le dijo a estas almas gozosas: "Estoy complacido con ustedes. Ustedes han honrado Mi Palabra, arrepintiéndose de sus pecados, regocijándose en Mi misericordia y prometiéndome obediencia. Ahora es el tiempo de que ustedes actúen en Mi amor. Yo quiero que se separen totalmente y que se rompan completamente toda influencia mundana que ha invadido sus corazones y hogares".
Como pueden ver, mientras los israelitas estuvieron en cautiverio, se sintieron cómodos con los paganos, adoptando su idioma y costumbres. Hombres israelitas se habían casado con mujeres paganas y mujeres israelitas habían comprado maridos paganos por medio de dotes. Los israelitas también habían permitido que cosas paganas vinieran a ser parte de la adoración en la casa de Dios.
Amados, no podemos llenarnos de Cristo si no continuamos aumentando nuestra separación de este mundo. Si nuestra forma de pensar no se está volviendo cada vez más celestial y menos como los inconversos que nos rodean, poco a poco perderemos todo el gozo de nuestro arrepentimiento.
Israel no quería perder su gran espíritu de regocijo, así que se congregaron otra vez para obedecer a Dios en este asunto: "Y ya se había apartado la descendencia de Israel de todos los extranjeros; y estando en pie, confesaron sus pecados, y las iniquidades de sus padres" (Nehemías 9:2).
“Se reunieron…para protestar y jurar que andarían en la ley de Dios…que no daríamos nuestras hijas a los pueblos de la tierra, ni tomaríamos sus hijas para nuestros hijos” (10:29-30).
¿Cómo mantenemos el gozo del Señor? Lo hacemos de la misma forma en la que obtuvimos Su gozo al comienzo. Primero, amamos, honramos y tenemos hambre de la Palabra de Dios. Segundo, caminamos continuamente en arrepentimiento. Y, tercero, nos apartamos de las influencias mundanas.

lunes, 4 de mayo de 2015

OBSTÁCULOS A PERDONARNOS A NOSOTROS MISMOS


Charles Stanley












Salmos 51:10-12

Todo ser humano en la tierra tiene un problema de pecado. Todos perdemos nuestro temperamento, cometemos errores, y hacemos las cosas que parecen completamente fuera de lugar. El pecado es un problema universal, pero el Señor ha provisto el perdón para todos los que quieran aceptarlo. Y, sin embargo, muchos creyentes les resulta imposible perdonar a sí mismos.¿Por qué?En primer lugar, luchamos con el auto-perdón a veces porque nos resulta difícil aceptar el perdón de Dios. La culpa puede ser tan fuerte que pueda parecer a eclipsar el enorme don de perdón y restauración que nuestro Padre ha dado libremente. Podemos pensar, Lo que he hecho es demasiado terrible. Dudo que Dios podía perdonarme por esto. Eso es un error trágico.En segundo lugar, la decepción personal puede impedir que perdonarnos a nosotros mismos. A menudo tenemos ridículamente altos estándares autoimpuestos para nuestro comportamiento y logros. Cuando no somos capaces de vivir de acuerdo con ellos, pero todos estamos lisiados por la decepción, que puede hacer auto-perdón parece imposible.En tercer lugar, al ver los resultados de nuestro pecado puede convertirse en un obstáculo. Es decir, si nuestras acciones equivocadas producen una consecuencia negativa tangible, que puede llegar a ser tan cegados por el resultado de que no podemos perdonarnos a nosotros mismos. Al ver las consecuencias de nuestro pecado día tras día mantiene culpabilidad vivos en nuestras mentes, y es posible que simplemente se niegan a dejarlo ir.¿Usted está albergando la culpa y el remordimiento por el pecado de tu pasado? El perdón de Dios ya está disponible (1 Juan 1: 9). Cristo dio su vida para que se libre. Así que no de buen grado a las cadenas porque estás dispuesto a perdonarte a ti mismo por lo que Dios ya ha perdonado (Gálatas 5: 1).