Cuando mi padre se fue de este mundo, se fue cantando alabanzas de Jesús. Al final de su vida renunció a la brujería y a Satanás, y aceptó a Jesús como su Señor y Salvador. Mi madre lo trajo al Señor antes de su muerte, y ahora ambos están juntos en el cielo, danzando por las calles de oro, deleitándose en la gloria de Dios, disfrutando de su nuevo hogar eterno con Dios. Cuando cierro mis ojos, casi puedo escucharlos elevando alabanzas a su nuevo Rey, su Salvador...¡Su glorioso Redentor!
Todo lo que hacía, lo hacía con pasión. Su fe hubiese sido tan real y fuerte e inapagable. Podría haber comandado grandes milagros. Hubiese confiado en Dios completamente, embriagado de Su Palabra…¡Lo hubiese seguido dondequiera que Él lo hubiese guiado! ¡Su corazón hubiese sido consumido por la obsesión por las almas! Porque esa es la clase de hombre que era.
En lugar de acobardarse ante el diablo, podría haber pasado su vida haciéndole daño, derrotándolo, maltratándolo. Él podría haber tenido ese tipo de impacto en el mundo, si tan sólo mi padre hubiese tenido un encuentro con Jesús a una edad temprana.
No dejes que Satanás robe tu vida y tu corazón de la forma en que robó a mi padre. No te dejes seducir por sus mentiras. No te dejes engañar por su encanto ni te extravíes por sus promesas vacías. Pon tu fe en Jesús. Dale tu vida a Aquel que quiere levantarte, no destruirte. Al que te ama y se preocupa por ti. Al que trae el verdadero poder y la fuerza, y no trucos de salón baratos.
No dejes que Satanás te robe de la manera en que robó a mi padre. No dejes que te vuelva ciego a la verdad de la bondad de Dios. ¡Pon tu confianza en un Dios extraordinario!
"El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia" (Juan 10:10).
Nicky Cruz, evangelista internacionalmente conocido y prolífico autor, se volvió a Jesucristo de una vida de violencia y crimen después de encontrarse con David Wilkerson en la ciudad de Nueva York en 1958 La historia de su dramática conversión fue contada por primera vez en el libro “La Cruz y el Puñal” escrito por David Wilkerson y más tarde en su propio best seller “Corre, Nicky, Corre”