"Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra." Salmo 121:2
En los momentos de mayor tribulación, en el desamparo, nos preguntamos: ¿a quién puedo recurrir?, ¿quién puede ayudarme a salir del problema?, ¿verdad? Nunca debemos considerar la familia, los amigos, o la riqueza como el último recurso de ayuda frente a nuestro problema. Todo, todo pertenece a Dios y El es el único que satisface nuestras necesidades físicas y espirituales como seres humanos. Los creyentes, frente a grandes pruebas, debemos confiar en Jesús con todo nuestro corazón y tratar de obtener de Su Gracia que pronto llegue su "oportuno socorro" a nuestra vida. "Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro." Heb. 4:16. En el nombre de Jesús, amén y amén.
Que la gracia del Señor Jesucristo sea con su Espíritu.
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