Él dará fuerzas a su pueblo.Derramará paz como bendición sobre ellos.
Salmos 29;11
Lo cierto es que el corazón preocupado paga un alto precio por su ansiedad.El concepto de preocupación se deriva de la palabra griega que significa "dividir la mente". La ansiedad nos parte por la mitad y crea mentes de doble ánimo.En lugar de resolver los problemas de mañana,la preocupación se roba las fuerzas de hoy. Nuestra percepción se fragmenta y la visión se distorsiona.Cuando se divide la capacidad mental ,la fuerza se disipa y se pierde energía.¿Quién puede darse el lujo de perder poder para vivir?
Ahora bien, ¿cómo podemos dejar de hacer esto? Pablo ofrece una respuesta doble: La parte de Dios y la nuestra:Nuestra parte incluye oración y gratitud."No se angustien por nada; más bien, oren; pídanle a Dios en toda ocasión y denle gracias"( Filipenses 4:6).
¿Cuál es la parte de Dios? Paz y protección." Y la paz de Dios, es paz que nadie puede comprender, cuidará sus corazones y pensamientos en Cristo" ( Filipenses 4;7)
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