letrero

martes, 21 de mayo de 2013

EL PORQUÉ ORAMOS LOS CRISTIANOS

CHARLES STANLEY



















El saber que Dios es soberano genera algunas preguntas sobre la naturaleza de la oración. Específicamente, muchas personas me han preguntado: “Si el Señor tiene el control, ¿por qué espera que oremos?”
La oración nos permite cooperar con lo que Dios se ha propuesto realizar. Él desea involucrar a los creyentes en la obra que está haciendo en el mundo y en las vidas de las personas. No hay ni un solo versículo de la Biblia que apoye la idea de que debemos estar descansando mientras el Señor hace todas las cosas por su buena voluntad. De hecho, dice todo lo contrario.
En Juan 17.11, Jesús le pidió al Padre que protegiera a los discípulos por el poder de su nombre. ¿Pensaba Él que podían perder su salvación, o alejarse de su compromiso? De ninguna manera. Jesús era Dios en carne humana. Él sabía exactamente lo que sucedería —cómo estos hombres difundirían el evangelio y se mantendrían fieles hasta la muerte. Jesús estaba tomando parte en el plan del Padre para sus seguidores al interceder por ellos.
Dios puede, sin duda, construir su reino sin la intervención o la ayuda de los creyentes. Pero una relación hace mayor la profundidad y la cercanía cuando Dios y sus hijos comparten un mismo interés. Orar y trabajar junto a nuestro Señor aumenta nuestra fe y fortalece nuestra confianza en su poder.
Hablar con el Todopoderoso es un privilegio. El Señor lo creó a usted para que lo ame, y para ser amado por Él. La oración es la forma como esa conexión se desarrolla. Nuestro Padre nos llama a comunicarnos con Él para poder acercarnos más a su corazón e involucrarnos en la edificación del reino.


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