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miércoles, 20 de junio de 2012

El significado de cada nombre. Referencias Bíblicas. Adorar a Dios de un modo nuevo. Meditar en las características de Dios.
























JEHOVÁ MEKADDESH

Significa: El Señor que santifica.
Aplicación: Dios aparta un pueblo escogido, santo para Dios, un real sacerdocio, un pueblo propio. Él limpia nuestro pecado y nos ayuda a madurar.
Referencias bíblicas: Éxodo 31:12, 13 (1 Pedro 1:15,16; Hebreos 13:12; 1 Tesalonicenses 5:23,24).


Comentario: Se conoce también como Yahvéh-Mekaddesh. Nosotros hemos sido apartados, hechos santos y redimidos por la sangre de Jesucristo, nuestro Jehová-Mekaddesh. Por lo tanto, debemos continuar viviendo una vida santa y que agrade a Dios (1 Pedro 1:13-25).

JEHOVÁ MEKADDESH, Significado: El Señor que santifica. Aplicación: Dios aparta un pueblo escogido, santo para Dios, un real sacerdocio, un pueblo propio. Él limpia nuestro pecado y nos ayuda a madurar. Se conoce también como Yahvéh-Mekaddesh. Nosotros hemos sido apartados, hechos santos y redimidos por la sangre de Jesucristo, nuestro Jehová-Mekaddesh. Por lo tanto, debemos continuar viviendo una vida santa y que agrade a Dios .

El significado principal de la palabra santificar en la Biblia es “apartarse o consagrarse a alguna causa, propósito u obra especial”. En casi todos los casos, el significado de la frase no cambiaría si la palabra “santificar” fuera sustituida por las palabras “separar” o “apartar”. Dios aparta (santifica) a su pueblo para un propósito santo. Así que el significado de santificar incluye también la pureza, la santidad y la consagración a Dios. La santificación indica:
- Consagrarse
- Limpiarse, purificarse
Qué efectúa nuestra santificación
Debemos considerar no solamente lo que Dios hace para santificarnos, sino también lo que él pide que nosotros hagamos para cooperar con él en esta obra. Dios y el hombre tienen cada uno su parte. Reconocemos que la santificación es la obra de Dios, porque aunque el hombre tratare de santificarse a sí mismo por mil años no sería santo. Pero Dios jamás santifica a nadie a la fuerza. Esto quiere decir que Dios santifica a los que cumplen sus requisitos
¿Cuándo somos santificados?
La santificación es una obra instantánea que sucede en el tiempo de la conversión, cuando una persona se convierte al Señor es santificada. Dios la aparta del pecado para sus propósitos santos. Pero el Espíritu Santo sigue vivificándole por lo cual la misma vive con más gozo, mayores logros espirituales, más fortalecimiento, más celo y más santidad. El hecho de que la santificación es instantánea y completa no contradice la realidad de que hay un crecimiento espiritual en dicha persona.
La santificación es una obra progresiva que continúa durante la vida del cristiano
El hijo natural no sería normal si no continuara desarrollándose desde su niñez. Asimismo, el hijo de Dios no es normal si no continúa creciendo espiritualmente.
Usted comienza en su vida cristiana, se arrepienta de todo el pecado que Dios le muestra en su vida y en su corazón y Dios está contento de su condición. Así es como usted llega a tener una conciencia limpia delante de Dios y los hombres. Su comunión con Dios y con los santos lo mantiene bien nutrido y, ¿qué sucede entonces? Usted crece espiritualmente.
Al crecer usted espiritualmente su entendimiento se desarrolla de tal manera que ahora usted no puede seguir haciendo algunas cosas que antes hizo. Usted se arrepiente de las mismas y deja de hacerlas. Esto continúa por muchos años. Por fin, al usted compararse con lo que fue en los años anteriores ahora le asombra que no notó esas cosas en aquel tiempo. Esto quiere decir que usted ha crecido espiritualmente. Durante todos estos años la luz ha brillado más y más, y por la gracia de Dios, si continúa creciendo, brillará aun más. “Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto” (Proverbios 4.18). A esto es a lo que llamamos la santificación progresiva.

Pasamos mucho tiempo intentando desarrollarnos en nuestro trabajo, en nuestro ocio, en nuestro valor social, pero pocas veces nos preocupamos de seguir 'cursando' los estudios religiosos. A veces creo que no podemos seguir aprendiendo porque a la base que tenemos no hemos seguido ampliando esos conocimientos. No hemos seguido estudiando y nos aprendimos el catecismo y todo lo demás para aprobar la 'maría' de Religión o para escaquearnos de alguna clase. Yo soy el primero que creo que la forma de vivir la religión es algo muy íntimo y personal, y que ni incluso tu pareja puede llegar a vivirla como tú (si ese es el paradigma de la compenetración) y que al añadido de ese gran tanto por ciento íntimo hay que sumarle unos llamados 'estudios medios o superiores'. Si no se cree más o se confunden términos es en parte porque no hemos seguido profundizando. Yo no soy nadie para aconsejar pero sí tengo claro que no es tan difícil seguir leyendo sobre el tema y buscando esas raíces, que en el fondo, son un gran pilar humano independientemente de la religión que se profese. Mi propuesta personal es mejorar este año en ese sentido. Bucear en 

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