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lunes, 4 de junio de 2012


















MUJERES DE LA BIBLIA


MARIA (betania)



María

En el Evangelio de Lucas (Lc 10,38-42, se menciona que cuando Jesús estuvo predicando en Galilea, se hospedó en la casa de Marta. Marta se dedicó a arreglar la casa, y a preparar la cena; María, en cambio, "se sentó a a los pies del Señor y se quedó escuchando su palabra" (Lucas, 10,39). Marta, viendo esto, dijo: "Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola para atender? Dile que me ayude." (Lucas 10,40). Jesús reprochó a Marta de forma cortés y familiar, diciéndole " Marta, Marta, estás ansiosa e inquieta acerca de muchas cosas, pero de pocas cosas hay necesidad,o de [sólo] una; porque María ha escogido la parte buena y que no se le será quitada".
Sentarse a los pies del Señor en una muestra de interés por la Palabra del Señor es lo que hizo María, en vez de ayudar con los preparativos. María tuvo una actitud de recogimiento y oración, mientras que Marta en ese momento tenía la preocupación por las cosas temporales.

[editar]La resurrección de Lázaro

En el Evangelio de Juan (Jn 11:1-44), se menciona la resurrección de Lázaro, hermano de María y Marta de Betania. Ellas le mandaron a decir que su querido amigo estaba enfermo, pero Jesús no fue a visitarlas antes de que aquel muriese. A su llegada, Marta salió a recibirle, mientras María permanecía en casa. Jesús le dijo a Marta que Lazaro iba a resucitar. Ella asumió que se refería al Día del Juicio Final, y después fue a llamar a María. Ella salió a su encuentro y al verle se tiró a sus pies y le dijo:
"Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto”" (Jn, 11:32).
Jesús, al ver esta súplica y las lágrimas de ella, su hermana y todos los presentes, lloró conmovido por tanta emoción, y pidió que le llevaran a la tumba de Lázaro, al cual resucitó. Claramente Jesús demuestra el amor que siente por esta familia, y su amistad con ellos.

[editar]La cena de Betania

Después de la resurrección de Lázaro, Jesús es invitado a una cena en la cual María otra vez demuestra su devoción por él.
"María, pues, tomó una libra de perfume muy caro, hecho de nardo puro, le ungió los pies y se los secó con sus cabellos, mientras la casa se llenaba del olor del perfume." (Jn, 12:3).
La libra de perfume que María usó es uno de los símbolos iconográficos que se usan para representarla a ella, en forma de un pequeño envase con perfume.
Después de hacer esto, Judas Iscariote, que estaba presente, reprocha a María el gasto que ha hecho, diciéndole que ese perfume se pudo haber vendido para ayudar a los pobres, pero Jesús le dice que la deje, pues es señal que su muerte se acerca.


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