DAVID WILKERSON
Como los egipcios rápidamente se acercaron a los hijos de Israel, no había lugar
para que ellos escaparan. Las montañas de ambos lados estaban desnudas,sin
árboles o cuevas para esconderse.Y el mar los encerraba en el otro lado¡Era una
situación imposible! .La Escritura dice que en este momento:“Mientras el faraón
se acercaba, los israelitas levantaron la vista y se llenaron de pánico al ver que
los egipcios los alcanzaban. Entonces clamaron al Señor” (Éxodo 14:10).
Póngase usted mismo en esa situación. Su familia reunida a su alrededor: niños,
abuelos todos sus parientes. De repente se oye el ruido de los carruajes, el ruido
de sables, y el grito de guerra de un feroz y asesino ejército sediento de sangre.
¿No le daría miedo?La verdad es que Dios es paciente con nosotros cuando el
rubor terrible del miedo humano nos supera en una crisis repentina. Nuestro
Señor
no es un duro capataz, Él sabía que iba a ser una experiencia aterradora
para Israel.
De hecho, él habría estado satisfecho con una oración como: "Señor,
¡tenemos miedo!
Sin embargo, sabemos que siempre lo has sido fiel para libera-
rnos.
Cuando estuvimos
en Egipto, Tú nos libraste del ángel de la muerte y de
todas las
plagas. Sabemos
que tienes el poder para librarnos de esta crisis
también. Padre,
¡encomendamos nuestras
vidas en tus manos!"
Pero, ¿era ese el grito de Israel? ¡No! La Escritura dice, "Ellos dijeron a Moisés:
¿No había
sepulcros en Egipto,que nos has sacado para que muramos en el
desierto?
¿Por qué has
hecho así con nosotros, que nos has sacado de Egipto? ...
Habría sido
mejor servir a los
egipcios, que morir nosotros en el desierto
"(versículos 11-12).
Estaban siendo sarcásticos, casi hasta el punto de blasfemia ¡Esto ciertamente
no
era el
grito de la fe!
¿Esta enfrentando su propia crisis en este momento? Usted puede preguntar,
"¿Qué
se supone
que tengo que hacer en una crisis como esta? ¿Qué sucede
cuando estoy
abrumado por el
miedo porque todo se viene abajo a mi alrededor?"
Así es cómo Dios respondió a Israel cuando se enfrentaban a la crisis: "no temáis;
estad firmes,
y ved la salvación del Señor... El Señor peleará por vosotros, y
vosotros
estaréis tranquilos"
(versículos 13-14). El Señor les dice: "La primera
cuestión que
debemos tratar es ¡el miedo!
Voy a luchar por ti y voy a salvarte y
liberarte. ¡Deja que
esa promesa sea tu fuerza y eche
fuera todo tu miedo!"
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