letrero

sábado, 29 de junio de 2013

COMO UNA AGUJA TOCADA POR UN IMÁN




















El corazón de un creyente afectado por la Gloria de Cristo, es como una aguja tocada por un imán. Él no puede permanecer más quieto o satisfecho a distancia, aunque sus movimientos sean débiles y trémulos. Él está continuamente siendo inclinado a él, mas no llegará a su descanso en este mundo. Con todo, allá en el cielo, con Cristo siempre delante de nosotros, podremos mirarle firmemente a él en toda su Gloria. Esta visión constante traerá refrigerio eterno y alegría a nuestras almas.

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