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martes, 25 de junio de 2013

DONDE CRISTO ESTÁ, ALLÍ ESTÁ EL CIELO




















Durante la revolución de los Boxers en China, muchos misioneros fueron perseguidos y muchos fueron muertos. En aquella época , la familia del misionero Hudson Taylor estaba en China. La nuera de Hudson Taylor escribió que pasaron un período de tremendas persecuciones. Fue un período dificíl; algunos de los miembros de la familia habían sido azotados y heridos. Ella escribió: "Nosotros sentimos la presencia de Dios; por cuatro días no sabíamos si estábamos en el cielo o en la tierra".
Cierta vez Madame Guyon escribío durante su prisión: "Señor te doy gracias, pues considero cada piedra de las paredes de esta prisión como un diamante".
Samuel Rutherford también fue puesto en una prisión en Aberdeen. Escribío muchas cartas desde allá, pero no se refería al lugar como prisión, sino como "Palacio de Cristo en Aberdeen ". Allí, Rutherford experimentó el cielo en la tierra.
El Cielo es el Cielo porque Cristo vive allá; el infierno es infierno porque Cristo no está allá.

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