Cuando experimentamos alegría y satisfacción por algún logro, no dejamos de pensar en ello y con facilidad se nos viene a la mente en forma permanente ese recuerdo. Leemos en 1 Tes. 5:17 “Orad sin cesar” y también en Lucas 18:11 “orar siempre“. Orar sin cesar no significa que uno se encierre en su cuarto y permanezca continuamente de rodillas. No, “orar sin cesar” es como el respirar del alma, es el diario vivir, es la continua conciencia de la fe y que Cristo habita en mí. Es permanecer en la presencia del Padre, pidiéndole constantemente su gracia y su perdón. “Sin cesar” no significa estar continuamente formulando oraciones aprendidas y repetitivas, más bien implica una oración incesante de toda clase y en todas las ocasiones del día. En el nombre de Jesús, amén y amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario