“Bendice , alma mía , a Jehová ,
y bendiga todo mi ser su santo nombre. Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios.” Salmo 103:1-2
Conversando con mis pequeños hijos y escuchando un cántico cristiano que recién les habían enseñado en su colegio, parte del corito dice “suben oraciones, bajan bendiciones”, el cual encontré tan hermoso que deseo compartir con ustedes.
Esto es como la Ley de gravedad espiritual, todo lo que sube debe bajar, pero transformado en grandes bendiciones y tiene que ver con la fe que ponemos en nuestras oraciones frente a Dios, respecto de lo que pedimos. La Biblia está llena de bendiciones para nosotros. “Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios. Bendito serás tú en la ciudad, y bendito tú en el campo.” declara Dt.28:2-3. En el nombre de Jesús, amén y amén.
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